Un niño puede entender y expresarse perfectamente en dos idiomas distintos.
La iniciación en el aprendizaje de un segundo idioma a edad temprana, es hoy una tendencia en ascenso.
Sabemos que tanto los bebés como los niños tienen un gran potencial a desarrollar, además está comprobado que aprender un idioma extranjero junto con la lengua materna, es mucho más fácil.
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Genéticamente los bebés están preparados para aprender a hablar más de un idioma. Experiencias en distintas partes del mundo con familias donde la madre habla al niño en un idioma y el padre en otro demuestran que el pequeño incorpora simultáneamente ambas lenguas sin confundir una con otra. Esto se debe a que los primeros años de vida son decisivos no sólo para el logro de una buena maduración auditiva, sino para poder grabar en el cerebro sin esfuerzo las estructuras gramaticales de los idiomas a los que están expuestos.
Entre los 4 meses y 3 años de edad el bebé se encuentra en el momento más apropiado para comenzar a aprender lenguas extranjeras. Las investigaciones demuestran que el cerebro crece considerablemente si se lo expone sistemáticamente a una segunda lengua. Esta exposición produce y refuerza conexiones neuronales que le facilitan su desarrollo intelectual, potenciando sus capacidades para todo tipo de aprendizaje.
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